Estoy aterrizando en un lugar que a la vista parecía cercano,
Pero en el fondo resultó que ya era ajeno al sentir la tierra después de mil horas de flotar, me pareció haber encontrado unos ojos que tal vez miré hace meses
sin embargo, me equivoque, el iris de miel y las sonrisas se habían transformado
Las palabras ahora, también son nuevas y las miradas al pronunciar cada enunciado.
Los amigos que se macharon apapachan, cuentan sus nuevas vidas, chistes e historias,
Nuestras familias desean reconocer al que se marchó,
Pero resulta que ya no nos conocen tanto, y a nosotros nos cuesta reconocerlos,
Incluso, los atardeceres no son los mimos, el cuerpo tampoco lo es.
Los órganos al igual que las emociones han comenzado a convulsionarse con tanta innovación, mencionar - te extrañe- parece reconfortante, pero hay que decir que ya todo ha acabado. No más noches de hacer lo que sea, sin que se perciba como algo insignificante, ni madrugadas de baile y estrellas o caminatas para cuando se antojaba saborear las aceras, habrá silencio en los gritos de alegría que pegábamos después de la escuela, madrugaran las desveladas de los días pasados, para sentir escalofríos por tanto recuerdo, las visitas dirías de hermanos desconocidos son algo que habrá que visitar en el corazón.
Hoy viene esta realidad silenciosa, fría, brusca, que da lecciones cada que algo termina para tener que verle o escucharle dando una sonrisa, haciendo como que nada pasa aunque todo pase por las tripas de la sensación, las mismas que provocan que corramos al cajón donde nadie nos ve, para desbordar lo que pasa en el enfrentamiento de cada día.
Las pláticas cálidas no podían ser tan largas, si no breves, llenas de gestos, aventuras y
Tonterías que llenan el alma. Este enero que no es más que un signo de comienzo temporal,
Hace que cada quien vaya a casa, a sus deberes y con sus seres de frecuencia,
En donde todos tenemos un rol de hijos, primos, amigos, obreros, licenciados, maestros, alumnos, novias o novios. Después de tal experiencia, a veces me pregunto ¿Crees que todo es mejor cuando no se es nadie si no desconocidos? Y entonces me respondo,
Todo es mejor cuando uno lo decide.
Los aterrizajes siempre son de cuidado, sigo con el cinturón bien apretado;
En el cielo puede haber turbulencias y cambios de clima extremo,
En este aterrizaje vienen todos lo que decidí dejar y a pesar de todo eligieron venir conmigo o los que nunca dejaron de estar.
Se quedaron los que deseaba traer pero no estaban seguros de venir y los que ignoraron el aviso para seguir viviendo en ese lugar fantástico de sueño.
Estos terrenos son nuevos, vengo yo y mi maleta una vez más, pensando que era como cualquier viaje, aún no quiero desempacar, deseo encontrar en mi maleta una sorpresa, porque estoy llegando, o más bien