La cama acompaña al insomnio cuando nos rodamos, cambiamos de
posición, nos sentimos incómodos y no cabemos en ella, nos estorba, pero
la necesitamos para que adhiera lo que no nos deja dormir.
La cama
reposa las penas, el cansancio, las preocupaciones, los desvelos;
esconde el dinero, el amante o los monstruos, aunque tiene mucho
parecido con la almohada; la almohada tiene más relación con un alhajero
que guarda joyas, los vagos, por ejemplo, construyen sus almohadas para
que no se roben ni resbalen sus sueños y secretos, pero también es un
transporte y un sostén hacia ellos.
Las sabanas en cambio son
refugio, casa de acampar, sus surcos se arrugan a la forma del cuerpo
porque sus espacios absorben eso que no se ve, pero nos pesa, protector
de luz solar que nos avisa que la jornada del día ya comenzó y que hay
que cargar eso que los huecos de la tela fina no alcanzaron a guardar.
La cama y las sabanas, compañeras de barco que con grandes velas que
izan hacia el horizonte, acarician y esconden lo que está pegado a nuestra piel.
Cama, espacio donde se busca confort total del cuerpo, espacio de
reposo, para saltar porque nos despega del piso que tanto nos da terror y
que en nuestra imaginación se convierte en un monstruo. No nos gusta
mirar debajo de la cama porque no sabemos que guarda para nosotros la
tierra, se podría decir que la cama es prima segunda de la alfombra
porque en la alfombra se esconden las suciedades de la casa y otros
monstruos de la mugre.
La forma física de este espacio para dormir
va cambiando conforme a la espalda, horas de descanso, gustos,
temperatura, la temperatura de las estaciones, estado socioeconómico o hasta del tipo de cultura en la que te desarrollas etc.
En
la cama se quedan los juguetes olvidados, las llaves perdidas, si no
barriéramos debajo de la cama seguro nos encontraríamos con cosas que ni
siquiera recordábamos haber perdido. En la cama cae el cansancio, las
preocupaciones, los sueños, la lujuria, los suspiros, los recuerdos y
los cuerpos, yo sé que no es posible imaginar todas las cosas que pueden
caer en la cama, por eso creo que mi cama es ese espacio en el que se
puede decir lo que no te dije ayer y esta unido
a mis neuronas desde el otro día, porque con sus efectos aglutinantes, se
queda cada vez más adherido a ella, todo lo que, de mi cuerpo, deseo que resbale
por la noche.
Los surcos de la cama, instalación ,
cinta doble cara, arrugada con texto escrito y resto de cinta arrugada sobre la pared, Pontevedra, España: 2016 |